domingo, 23 de mayo de 2010

NOCTURNO DE FRÍO Y SANGRE




Ya no te necesito, amor
Ya están descosidos los pliegues que te albergaban.
Esta noche, sólo me habita el ruido del mar
y el frío.
Pero no el frío de tu ausencia,
esperada y desangrada,
no el frío de esos ojos que
me miraban alejarme
hacia un tiempo de púas y puñales,
pasado implacable en su empeño de acecharme.
Es el frío de esta noche,
solitaria de voces ajenas,
que me acelera el pulso
y me reconforta, entreverado
con el tañido de las olas.

Esta noche, mi amor,
tú no estás y no te extraño.
Silenciosamente me cobijo
en el calor de mi sangre,
la misma a la que le cuento
que la vida que se me fue con ella
-al dártela en besos-
aquélla que entibiaba tu cuerpo
cuando tu alma se te escapaba
sin deseos de volver,
esa sangre que me pasea con rabia,
a zancadas de trueno
por mis senderos de carne viva,
ya no la vuelvo a entregar.
Ni a ti ni a nadie.
Es mía y me recorre,
como una sucursal del alma,
de rojo tinto y calor de estrellas,
diciéndome en cada latido:
Él no está y tú estás viva.
Viva.
Otra vez.

2 comentarios:

  1. Esto de estrenar los comentarios en un cuaderno es una responsabilidad, tendré que esmerarme, o no, porque tus palabras son bastante claras, precisas y, sobre todo, necesarias. Vamos a seguir viviendo sin miedo, besos distrahuidos.

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  2. Ya te dije en otro sitio lo que opinaba de este poema, me parece un poema estupendo un caminar por dentro hasta llegar a conocerse y quererse, volviendo a vivir.

    Me alegra muchisimo que te hayas animado con este nuevo sueño, poco a poco creamos nuestros espacios, nuestros tiempos, siempre merece la pena mostrar nuestros sentimientos, en este caso en forma de poemas o relatos.

    Un beso muy grande y bienvenida a estos mundos

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